jueves, 12 de febrero de 2009

Los niños en la calle

La noche de ayer me topé, en el paradero del bus, con un niño de unos 13 años, de La noche de ayer me topé, en el paradero del bus, con un niño de unos 13 años, de aspecto provinciano con el rostro oscurecido por el frío de la sierra, es uno de esos niños que se dedica a lustrar zapatos...
Pero en fin, el hecho es que este pequeño conversaba con el señor que se encarga de dar los datos a los buses (creo que se le llama datero, con “d” por favor), le decía que ya iba a volver a su tierra, era de Huancavelica. En la imagen de este pequeño pude recordar a otros tantos que vi algunas veces en las calles céntricas, ellos vienen sobre todo en verano aprovechando sus vacaciones escolares, desde sus tierras frías, del campo, dejando atrás sus ovejitas, su pobreza; marchan a la capital trayendo sueños, ilusiones, alegrías......¿Cuántos de estos niños no han retornado más a sus familias?, algunos perdieron sus vidas en estas calles atosigadas de chóferes imprudentes, de delincuentes...
Subí al bus y otros dos niños, también lustrabotas, estaban ahí con el mismo aspecto del anterior. La verdad que me cuestioné profundamente, ¿qué se puede hacer por estos niños?, ¿qué futuro les espera? , ellos son la imagen de nuestro Perú, aquel Perú que muchos no queremos ver, donde vemos niños trabajando en las calles y no hacemos nada, donde la sociedad y el estado se ciegan...
Recordé también que veo cada día, en el paradero del Puente Primavera, como los ambulantes que ofrecen sus productos tienen que correr cuando observan a un miembro del serenazgo, es que está prohibido el comercio ambulatorio, sin embargo nadie dice nada cuando cada día suben a los buses a casi exigirnos que compremos productos con historias poco creíbles.
¿Qué ironías verdad?, queremos que en el país no hayan niños que trabajen pero negamos a sus padres un sueldo justo, un trabajo digno; asumimos un cargo y nos olvidamos que tenemos compatriotas en mala situación y muchas veces somos tiranos con nuestros subalternos. Vemos a la gente que trabaja casi todo el día en la calle, con el rostro bronceado por este sol de verano, algunos que salen muy temprano para vender panes, desayunos, frutas y que son amenazados para que se vayan. Sin embargo cuando exigimos seguridad ante los ladrones no vemos un solo representante del serenazgo, es que están ocupados en otras tareas...
Bueno, volviendo al tema que me movió a escribir esto, te invito a una buena obra, cuando veas a un niño de estos no dudes en ofrecerle aunque sea un pan, en el peor de los casos una sonrisa de aliento y admiración, creo que ese sería el mejor apoyo que todos podemos darles...por mientras...